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Plantean economía del comportamiento mejora las decisiones empresariales y de política pública
SANTO DOMINGO. – La economía del comportamiento no es una receta mágica, es un proceso que integra fundamentos de la economía convencional con sociología y psicología, que se enmarca en las ciencias del comportamiento para entender los procesos de toma de decisiones de las personas, afirmó Diego Valero, economista y fundador de Novaster.
Durante una conferencia en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) organizada por área de Economía y Negocios y el Observatorio de Seguridad Social (OSES), el experto español explicó que la Teoría de la Perspectiva es la base en la que se asienta la economía del comportamiento, que establece que, dentro de la conducta humana, el sentimiento de pérdida tiene un mayor impacto que el sentimiento de ganancia.
“El cerebro procesa la inversión y el ahorro como pérdida, lo que obliga a luchar contra una reacción natural del cerebro”, afirmó el profesor de la Universidad Barcelona, quién además expresó que se debe trasladar mentalmente a la persona al momento de su jubilación, hacerle sentir qué emociones tendrá entonces y visualizarse en esa situación.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Armando Barrios, decano del área de Economía y Negocios, quien indicó que el INTEC tiene un gran interés en apostar al área de economía del comportamiento y experimental, ya que es una vía propicia para mejorar la toma de decisiones en el sector empresarial y las políticas públicas.
“Es una disciplina que se viene desarrollando desde hace mucho tiempo y ha tenido una tendencia exponencial. Hemos estado viendo cada día más las aplicaciones maravillosas que tiene y como mejora efectivamente la calidad de la toma de decisiones”, apuntó Barrios.
En cuanto a las pensiones, el economista español dijo que por lo general la población, en República Dominicana y en el resto del mundo, tiene dificultades para comprender completamente los sistemas de pensiones, y en estos temas es donde se pueden llevar a cabo más aplicaciones de la economía conductual.
“Las decisiones en pensiones tienen efectos diferidos, son difíciles, infrecuentes, con poco feedback y sin relación directa entre elección y experiencias”, dijo Valero, quien además expresó que mediante esta área de la ciencia se puede dar un apoyo positivo, de una forma más coste-efectiva para desarrollar los sistemas de pensiones.