Palabras en Aniversario 43° del INTEC
Apreciadas amigas, Apreciados amigos
Como todos los adultos sabemos, el tiempo se pasa volando, y como quien no quiere la cosa, esta es ya la quinta ocasión en que tengo el honor de dirigirme a ustedes en el marco de nuestro aniversario. Es una tarea que realizo siempre con igual entusiasmo, consciente de que es tal vez el único momento en que congrega a una representación completa de la comunidad inteciana -desde el colaborador con mayor antigüedad hasta la colaboradora de más reciente ingreso, desde el egresado ya maduro hasta el estudiante adolescente, desde el profesor más renombrado hasta el más humilde trabajador. Por esa misma razón, yo veo este encuentro como un espacio idóneo para presentar los trabajos realizados y los desafíos pendientes, como una forma de rendición de cuentas ante ustedes y ante la sociedad.
Tengo la sensación de los meses que hemos recorrido/ desde el ultimo desayuno hasta hoy/ han sido especialmente intensos. Para comenzar con un aspecto evidente, me referiré en primer lugar a los significativos avances en nuestro plan de infra estructura, con la terminación casi completa del edificio de Ciencias de la Salud y el inicio de un edificio de Postgrado que estará listo en unos pocos meses. Pero si bien eso es lo más visible, porque se ve con los ojos de la cara, los avances más notables se encuentran en otro orden. Durante los últimos meses, por ejemplo, el área de Ingenierías consiguió la acreditación de tres programas adicionales con una agencia acreditadora regional e inició el proceso para la acreditación de todos sus programas con la agencia acreditadora de mayor prestigio a nivel global; el área de Negocios se encuentra ya en la última etapa de un proceso que seguramente concluirá con la acreditación en unos pocos meses de todos sus programas por parte de una agencia estadounidense de calidad mundial; y el área de Ciencias de la Salud inició recientemente un proceso de acreditación similar que esperamos transcurra con igual éxito.
El dinamismo de las demás áreas no se ha quedado atrás. El área de Ciencias Sociales y Humanidades ha estado desarrollando un conjunto de proyectos de innovación educativa que con toda certeza tendrán un impacto transformador en el sistema de educación preuniversitaria de nuestro país, y sus centros de investigación en diversas áreas se han consolidado como instancias de primer orden en el debate social y en la transferencia de reflexiones académicas a la sociedad. Y por último, debo destacar que el área de Ciencias Básicas y Ambientales sometió recientemente a aprobación dos programas doctorales, gracias a los cuales nuestra universidad se convertirá en la primera universidad dominicana que pone en marcha un programa doctoral propio en el área de ciencias y tecnología.
Por otra parte, quiero recordar que hace un año, en este mismo escenario, dije ante ustedes que todo parecía indicar que 2015 acabaría siendo uno de los más productivos de los últimos tiempos en materia de investigación. Ahora, doce meses después, permítanme expresar que la realidad me ha dado la razón. Durante este año, la participación de nuestros investigadores en eventos internacionales, la cantidad de sus investigaciones y la cantidad de sus publicaciones ha alcanzado niveles sin precedentes. No es por casualidad que las propuestas de investigación sometidas por el INTEC al FONDOCYT generaron financiamiento superior a los 50 millones de pesos, superando así al volumen alcanzado en cualquier otro año desde la creación de ese mecanismo de fomento a la investigación. En reconocimiento a esos logros de nuestros investigadores, en este año INTEC estableció el Premio al Investigador Destacado, que en esta ocasión recayó en una de nuestras docentes más meritorias. Esto va en paralelo con el premio a los maestros destacados, que en este año reconoció a los docentes de más alto desempeño a partir de criterios verificables. Como nota al margen, y sin que esto constituya una falta de modestia, quisiera mencionar que quien les habla tuvo el orgullo de estar entre los profesores reconocidos del área de Negocios.
Uno de los ámbitos de trabajo más importante en los últimos meses ha sido la prestación de servicios y consultorías, que constituye una forma de poner las capacidades de la universidad al servicio de la sociedad. En ese aspecto, quisiera destacar una gran variedad de estudios realizados por nuestros profesores, algunos de los cuales recibieron una gran cobertura de los medios, como fue el caso del estudio sobre la informalidad laboral, que se divulgo hace algunos meses, y cómo será el caso de un estudio sobre el sector eléctrico, que será dado a conocer en la próxima semana, para solo mencionar unos cuantos.
Como si todo lo anterior fuera poco, este año se ha lanzado un proceso de reforma curricular que, a mi juicio, tendrá un impacto memorable en esta institución. Ese proceso está siendo conducido por varias comisiones, lideradas por directivos claves y con participación de una gran masa de nuestra comunidad. En esta semana el Consejo Académico hizo una primera revisión de todo el camino recorrido y puedo dar testimonio de que se está cociendo algo realmente impresionante. Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los involucrados en ese proceso.
Todas esas cosas, y muchas otras que obviamente no puedo mencionar en este breve espacio, han sido acompañadas de reformas sustantivas en nuestra estructura y liderazgo organizacional. En ese sentido, basta mencionar dos elementos. Por un lado, la implantación de una reforma de estructura organizacional orientada al alineamiento de nuestros procesos con el Plan Estratégico Institucional, incorporando instancias clave que antes no existían y reagrupando otras que antes se encontraban dispersas. Esa iniciativa se basó en los trabajos de una comisión de alto nivel presidida por nuestra pasada rectora, profesora Altagracia Lopez, que trabajo durante meses y rindió a la Rectoria un informe de enorme valor. Y por otro lado, en ese mismo orden, quiero mencionar el proceso de renovación del liderazgo con la incorporación a las instancias de gobierno de nuevas abejas, como es el caso de un nuevo Vicerrector Académico, un nuevo Vicerrector de Investigación y Vinculación, y una nueva decana de Ciencias Sociales y humanidades, entre otros.
Cada uno de esos casos se ha desarrollado en estricto cumplimiento de nuestras normativas, las cuales establecen mecanismos que garantizan una renovación continua del equipo directivo como parte de un sano proceso de vitalidad institucional. En la actualidad, estamos en un proceso de selección de un nuevo decano o una nueva decana para el área de ingenierías, y justo en el día de ayer se tuvo un panel conversatorio donde aquellos que han expresado interés pudieron compartir sus ideas en un espacio de dialogo académico del más alto nivel. Lo más destacable es que todos esos procesos se han desarrollado en un marco de normalidad y civilidad universitaria, sin estridencias y sin inconvenientes, más allá de lo previsible en cualquier proceso de cambio Es por tanto un momento adecuado para agradecer públicamente a aquellos y aquellas que han concluido las funciones previamente asignadas y que hoy están contribuyendo desde otras instancias. Gracias a ellos y a ellas, la universidad ha llegado hasta donde está, y esperamos seguir contando con sus aportes desde otras instancias. Esa capacidad de renovación es, a mi juicio, la clave de nuestro éxito institucional y que nos convierte en un caso único en nuestro contexto nacional.
Y a propósito de unicidad, quiero destacar que INTEC se ha convertido en la primera institución de educación superior en República Dominicana que pone en funcionamiento una estrategia de política de convivencia, estableciendo instrumentos tales como la política contra el acoso sexual y la política para la gestión de conflictos de intereses. En un sentido similar, en estos momentos está concluyendo el trabajo de diversas comisiones que han estado involucradas en la elaboración o revisión de varias políticas clave, como investigación, virtualización, sostenibilidad, extensión y vinculación, internacionalización y comunicación, todo lo cual creará bases firmes para un funcionamiento más moderno de nuestra universidad.
Como podrán imaginar, todo esto ha requerido un esfuerzo gigantesco de muchas personas. Puedo dar fe de que cada abeja inteciana ha trabajado de una forma intensa y ha aportado una gota de miel que ha sido indispensable. Gracias a todos y a todas de corazón. Los frutos de ese trabajo se notan y son apreciados por nuestra sociedad. El tiempo sería insuficiente para describir todo el esfuerzo y todos los resultados que el esfuerzo colectivo de la colmena ha generado a lo largo de los últimos meses.
Sin embargo, tengo la obligación de recordar que todavía tenemos mucho trabajo pendiente. Entre las tareas por delante en términos generales están el fortalecimiento de la vida democrática, mediante fortalecimiento de espacios de discusión y dialogo permanente como los comités y asambleas de áreas; la continuación de los procesos de incorporación de nuevos talentos a las instancias directivas: el fortalecimiento de los instrumentos para garantizar el estricto cumplimiento de nuestras normativas y para asegurar la rendición de cuentas.
En el ámbito académico, la reforma curricular debe generar nuevos programas y reformar significativamente otros. Tendremos que trabajar en hacer más rigurosa la evolución de los programas, a nivel de grado y de postgrado, lo que debe ser algo continuo y debe generar resultados visibles. El desarrollo docente debe seguir siendo una prioridad, con miras a lograr un crecimiento permanente de nuestros profesores, que constituyen sin dudas un activo de valor incalculable para nuestra institución. En la gestión de las personas, los mecanismos de evaluación deben funcionar para todos y todas (desde el más humilde colaborador hasta el Rector y los miembros del Consejo Académico y de la Junta de Regentes). En esta colmena no puede haber nadie ocioso y la carga se debe repartir equitativamente entre todos y todas. Por la misma razón, debemos seguir avanzando para mejorar las condiciones de trabajo y de remuneración, hasta garantizar que, en poco tiempo, podamos decir de forma inequívoca y contundente que INTEC constituye no solo la mejor institución en términos académica, sino también el mejor lugar de trabajo en todo el sistema de educación superior dominicano.
En suma, tengo la convicción de que en este año se concluye lo que podría considerarse una etapa de habilitación y consolidación de la visión estratégica, y que a partir de ahora los logros serán mayores. Espero desde ya la oportunidad de volver a encontrarnos en este espacio, para compartir y alegrarnos juntos de las realizaciones extraordinarias que INTEC logrará en los próximos doce meses.
Muchas gracias.