Discurso en la graduación de ITESA Octubre 25, 2024
Padre Patricio Ramírez, director regente de la Obra María Auxiliadora.
Padre Ronny Stephan, director regente de los Salesianos del Sagrado Corazón de Jesús y de Cristo Rey, director regente saliente del ITESA.
Maestro Henry Noel Rodríguez, director docente del ITESA.
Maestro Eddy Chávez, director de la regional 15, del MINERD.
Karmen Selter, headmaster at Kehtna Vocational Education Centre of Kehtna, Stonia
Lic. Rafael Piantini, gerente de recursos humanos del Parque Industrial Itabo.
Ing. Basilia Reynoso, técnico del distrito educativo 15-02 del área de educación técnico-profesional del MINERD.
Maestro Rafael Casado, coordinador general de educación laboral y coordinador técnico de secundaria técnica del ITESA.
Amigas y amigos todos:
Agradezco a las autoridades del Instituto Técnico Salesiano no solo el honor de permitirme estar aquí con ustedes y tener a mi cargo esta intervención, sino también el poder disfrutar de lo que considero una fiesta del espíritu, un acto de graduación en el que se otorga reconocimiento formal a quienes completan una etapa importante en su trayecto de formación como personas.
Creo que entre los momentos más importantes y de mayores satisfacciones para un educador y para un académico se encuentran estos actos, por cuanto ellos significan para todos quienes participan en ellos, los graduandos, sus familiares, sus profesores y todos quienes de alguna manera hayan contribuido a que esos graduandos hayan llegado a serlo. Para mí, que me inicié como profesor en mi temprana juventud en el centro San Juan Bautista De La Salle en el barrio Simón Bolívar, compartir con ustedes aquí, en el Mejoramiento Social, es como un reencuentro con los escenarios en los que mis afanes eran en niveles educativos como los que cubre el ITESA.
Guardo una alta y sincera valoración de toda obra educativa, pero quiero subrayar hoy la que siento por el Instituto Técnico Salesiano, el ITESA, que en verdad entiendo es emblemático de lo mejor que tenemos en nuestro sistema educativo considerando todos sus niveles. Los 216 graduandos como técnicos básicos y técnicos medios que nos congregan hoy, 42 por ciento mujeres, en programas tan necesarios para el desarrollo de nuestro país, nos hacen desear que tuviéramos muchos ITESA por todas las ciudades y regiones del país, si no por todos sus barrios, porque de seguro, con ello, aseguraríamos tener un mejor país con un mejor futuro.
Por eso mi primer mensaje es a una audiencia abstracta, que físicamente no se encuentra aquí sino muy parcialmente, a la sociedad, sus autoridades gubernamentales y de la sociedad civil. Hoy que hablamos de calidad del gasto y públicos de prioridades en la inversión, y que nos estresan las limitaciones de los ingresos del Estado, y las estrecheces de los presupuestos gubernamentales, hoy más que nunca debemos identificar donde rinde más y mejor lo que se invierte, sea en educación, sea en salud, en infraestructura o en el área que sea. Para decirlo en lenguaje popular, si la gallina no pone ya como antes ponía, hay que ser muy sabio para saber en que canasta se ponen los huevos que se tengan.
Y humildemente, en mi parecer, una de esas canastas, donde hay que privilegiar la inversión y los apoyos, es en instituciones y programas como los del ITESA, en los que se ofrecen oportunidades para una educación de calidad y pertinencia a nuestros jóvenes, como también a otros no tan jóvenes, para formarse no solo académicamente y como ciudadanos, sino también ocupacionalmente o profesionalmente, para ser personas con mejores capacidades para solventar sus necesidades y las de sus familias, y para aportar productivamente, constructivamente a la sociedad. Los bachilleres y, en general, los técnicos que hoy se gradúan en áreas como Mecánica Industrial, Instalaciones Eléctricas, Electricidad y Refrigeración, Equipo Electrónicos, Redes y Sistemas informáticos, Desarrollo de aplicaciones informáticas, Multimedia y Grafica y Comercio y Servicio, tan relevantes para nuestro desarrollo productivo y social y en las que hay tanto déficit de personas bien preparadas, como las que egresan del ITESA.
Como ciudadano veo con agrado el apoyo que desde el Ministerio de Educación se ofrece a ITESA, como queda simbolizado por la presencia en este acto de los directivos del MINERD que integran la mesa principal. Ojalá ese apoyo sea sostenido e incluso mayor, y se mantenga y extienda por igual a instituciones similares como el ITESA, como las otras de la Obra Salesiana, o de otras entidades religiosas o laicas, de gestión privada o pública.
Y ojalá este sentir sea también del sector privado, del sector empleador, porque no todo es para dejárselo a los gobiernos. Que desde las empresas y las asociaciones empresariales se desarrollen y multipliquen las contribuciones que en distintos órdenes pueden hacer a instituciones como el ITESA, en lo financiero, en el equipamiento, en el acercamiento y acompañamiento y en la oferta de mejores puestos de trabajo a sus egresados, en becas para que continúen o profundicen sus estudios y su formación en niveles educativos superiores. En mi día a día escucho repetidamente las expresiones y hasta los lamentos de directivos empresariales que reclaman por encontrar más y mejor preparados técnicos y profesionales, especialmente en áreas como las que vemos que cubre el ITESA. Siendo esa una realidad, entonces uno espera del sector privado que contribuya por los distintos medios posibles a sostener y ampliar la muy valiosa oferta de oportunidades formativas en instituciones como ITESA, donde quiera que estén, al nivel educativo en que se encuentren. Ese es mi llamado, a que, si sienten que la canasta la encuentran algo vacía, ayuden colocando huevos en la misma.
Mis 53 años en educacion y en otras ocupaciones, más de medio siglo, la mayor parte de ella trabajando con juventudes, hoy como Rector del Instituto Tecnologico de Santo Domingo, no me dejan ni la más remota duda de que en nuestro país abunda el talento, pero faltan oportunidades. Por eso mi llamado a los sectores gubernamentales y del sector privado a seguir creando y ampliar oportunidades para nuestra juventud talentosa, oportunidades como las que ustedes han aprovechado aquí, en el ITESA.
Como ya se acerca ese periodo de final de año, esa es parte de mi lista de Navidad.
No puedo terminar sin hablarle a nuestros graduandos de hoy. Mis felicitaciones sentidas. Y mi atrevimiento a comunicarles estos mensajes.
Frank Rainieri, el exitoso empresario turístico, nos ha explicado más de una vez su receta de éxito. El la resume en tres palabras: visión, perseverancia y trabajo. Sigamos su consejo. Ustedes, graduandos, de alguna manera se visionaron para llegar al día de hoy. Se visionaron como bachilleres técnicos. Se visionaron como técnicos básicos o medios. Se visionaron tomando los cursos que han completado. Una vez leí en un mural por Córdoba, Argentina, esta frase: A todo final, invéntale un principio. A este importante final de la jornada que acaban de terminar, invéntenle un principio, con una visión. ¿Dónde quieren verse en cinco años a partir de ahora? ¿En diez años? ¿Terminando estudios universitarios? ¿Con una promoción en su empleo actual o con un nuevo y mejor empleo? ¿Con su propio negocio? Ninguno de esos objetivos será facil, porque no todos los sueños se hacen realidad, pero tengan por seguro que ninguna realidad importante lo es sin que haya sido un sueño primero.
Perseverancia, nos dice Rainieri. Es esa la palabra que explica el paso de los sueños, de la visión, a la realidad, a los hechos. Decía Henri Ford que “los obstáculos son las cosas horribles que uno ve al apartar los ojos de la meta”. Y decía Steve Jobs, el fundador de Apple, y del Ipod y del IPhone: “Cuando estés frente al rio no mires la corriente, mira a su horizonte.” Esa es la actitud que fundamenta la perseverancia, saber que hay obstáculos, que hay que cruzar el río caudaloso, pero nunca perder la mirada a la meta de nuestra visión, de donde queremos vernos en cinco, en diez años, para así perseverar.
Y a lo anterior agréguenle siempre lo que ustedes han hecho ya para llegar a este día. Trabajo, esfuerzo. Porque hay que soñar, hay que tener una visión, y hay que perseverar, no dejarse ganar por los obstáculos y las dificultades. Pero como dice Frank Rainieri en su receta, hay que trabajar todo eso, esforzarse y mantener el esfuerzo, con sus altas y sus bajas, pero siempre el esfuerzo. Me fascina el cuento de alguien que todos los días le pedía a Dios que le diera a ganar el premio de la lotería, con muchos rezos y deseos, todos los días, hasta que un día escuchó una voz fuerte que venía de las nubes, de lo alto, y que le dijo: ¡Sí, pero compra el billete!
Voy a terminan con otros consejos. Los de Thomas L. Friedman, un un periodista y escritor estadounidense, columnista del prestigioso periódico The New York Times, tres veces ganador del Premio Pulitzer, el más importante para los periodistas. Sus varios libros se han vendido como pan caliente.
En una animada conferencia, Friedman ofreció los consejos que da a sus propios hijos para que avancen y tengan éxito en sus vidas. Los resumo aquí.
- Piensa como un inmigrante y mantente hambriento
No cuentes con un legado. El inmigrante tiene que abrirse camino sin tener mucho en que apoyarse para impulsarse. Debe identificar oportunidades en un terreno nuevo y esforzarse por aprovecharlas con mayor vigor que cualquier otra persona. Mantente hambriento, con ganas.
- Piensa y actúa como un artesano y ten orgullo.
Concibe tu trabajo y logra sus resultados con esmero como para darles un sello individual que merezca orgullosamente colocar tus iniciales en ellos por el nivel de valor agregado que tengan como hace el buen artesano con sus pinturas, sus esculturas, sus productos.
- Siempre piensa como los nuevos programas de computadora, los nuevos softwares: siempre en beta.
Siempre piensa en ti mismo como una obra en progreso, siempre aprendiendo, reaprendiendo, en rediseño, en reingeniería, en reinvención, inacabado, porque vas a ser mejor y puedes ser mejor en lo que hagas y en lo que eres.
- Piensa como un camarero o una camarera en un restaurante popular.
El o ella no tiene mucho margen para cambiar el servicio o los productos que se ofrecen a los clientes. Pero si puede, si el cliente pide algo de fruta, traerla y al ponerla en la mesa decirle al cliente: aquí esta lo que pidió, me permití ponerle un poco extra de fruta, que lo disfrute. Piensa emprendedoramente en todo lo que hagas, como esa camarera hace con aquello sobre lo que tiene control: decidir (y decir) al cliente que ha puesto extra fruta en su pedido. Da un poco más de ti, en lo que hagas, en lo que puedas, que te distinga.
No les he dado mis propios consejos, sino que les he dicho los consejos que he escuchado de otros. Un tipo de consejos que a mi me han servido y créanme, como se nota, que ya llevo muchos años a cuesta. A mí me han servido, espero que a ustedes también.
Los felicito en este día tan especial para ustedes y entiendo que para sus seres más queridos. Han tenido visión, perseverancia y han hecho su trabajo. A este final, invéntenle un principio, con una nueva visión de ustedes mismos y un compromiso con la perseverancia y el trabajo para hacerla realidad dentro de cinco, de diez, de los años que establezcan como plazo. Piénsense como si fueran inmigrantes, a conquistar nuevos territorios, manténganse con ganas. Hagan lo que hagan, que sea como un artesano, con su sello personal como para estampar su firma en ello. Y en lo que hagas, en lo que este bajo tu control, ponle un extra, que también te distinga, a ti y a lo que haces.
Gracias por escucharme y, de nuevo, mis felicitaciones por sus logros.